Dentro de lo convulsos que son los tiempos de la postmodernidad; y en estos primeros momentos en que el mundo está alumbrando, a través de revoluciones -más o menos patentes-, una nueva forma de, si no hacer, al menos entender la política; dentro de este contexto, hay un proyecto político en marcha que corre el riesgo de fagocitarse a si mismo por pretender inventar algo intrínsecamente imposible: la democracia a tiempo parcial. El lector me va a permitir que guarde secreto de a qué proyecto me refiero por varias razones. La primera, por no perjudicar a ese proyecto naciente, y aun ilusionante, entre otras razones por la capacidad de autodefinirse que aun tiene. La segunda, porque con el razonamiento en abstracto pretendo demostrar que hablo de un problema universal, intemporal y de pura...
García es un ciudadano muy perplejo ante la postmodernidad y la "garrulez". Es un tipo feliz (porque no cree en los conceptos enlatados de felicidad). Y está comprometido con todas las revoluciones del ser humano -interiores y exteriores-, para conseguir un mundo mejor... Se abrió este blog para evitar el diván del sicoanalista. De momento no le va mal.