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Mostrando entradas de 2012
SI QUIERES, SOLO SI QUIERES, REALMENTE HAY MOTIVO PARA FESTEJAR LA NAVIDAD Podría dar una excusa, venida de un chiste fácil y poco se notaría en un mundo que da excusas continuas para no tener que cambiar nada por horroroso que sea. Pero no lo haré. No, no escribo este relato tardío porque pensara que el fin del mundo restaba todo el sentido a mi –ya clásica-, felicitación “marciana”. Demasiados años de razón pura y cartesianismo involuntario me impiden creer esas explicaciones de la realidad... Seguro que me pierdo algo importante por culpa de la razón pura. Algo que, anhelo, seguramente los nuevos tiempos nos van a traer... Y nos enseñará a comprender lo que la razón pura, que nos domina desde hace siglos, ahora nos impide saber. Hace unos días, una gran película adormecía mi final del día: “La caída del Imperio Romano”. Una película donde hombres valientes se juegan su destino para cambiar el mundo; frente a hombres cobardes, que pretenden mantener su estatus privil

DISPARAR A UN HOMBRE. Y MATARLO

                    El cine está lleno de imágenes estremecedoras, especialmente en los géneros negro, bélico, terror, western... Sin embargo, por mucho cine que hayas visto, de repente un día ves una escena que te impacta, te sobrecoge, te deja helado y hace que tu mente se vaya de repente a otros estadios del horror.           Ayer me sucedió viendo la película “Enemigos Públicos” (una colosal película que muestra una sociedad donde John Dillinger (Johnny Deep) es la “anécdota”, de una mundo surgido tras la “Gran Depresión”, que muestra el poder del capitalismo en su cara bancaria y como el estado norteamericano no reparará en medios para combatir el ataque a sus bancos .           La escena consiste en una persecución a tiros, tiros brutales, de armas de gran calibre. El perseguido es un delincuente, Charles Floyd, “ Pretty Boy Floyd” , y huye campo a través, perseguido de cerca por varios agentes de la autoridad. De repente la escena se clarifica y se ve al perseguido

DEMOCRACIA A TIEMPO PARCIAL -o, cómo es posible respirar sin aire…-

                        Dentro de lo convulsos que son los tiempos de la postmodernidad; y en estos primeros momentos en que el mundo está alumbrando, a través de revoluciones -más o menos patentes-, una nueva forma de, si no hacer, al menos entender la política; dentro de este contexto, hay un proyecto político en marcha que corre el riesgo de fagocitarse a si mismo por pretender inventar algo intrínsecamente imposible: la democracia a tiempo parcial.             El lector me va a permitir que guarde secreto de a qué proyecto me refiero por varias razones. La primera, por no perjudicar a ese proyecto naciente, y aun ilusionante, entre otras razones por la capacidad de autodefinirse que aun tiene. La segunda, porque con el razonamiento en abstracto pretendo demostrar que hablo de un problema universal, intemporal y de pura filosofía política –en cuanto a forma y fondo-, porque de mi razonamiento posterior derivaré, que este no es un problema de otro tipo, más que de coherencia.