Ir al contenido principal

PAPÁ, ETERNO PAPA, ALLÁ DONDE ESTÉS...

Hoy hace una semana del fallecimiento de mi padre. 

Empiezo a entender la inmesidad del vacío que deja la muerte de un padre, la que me contaron aquellos que ya habían pasado por el trance. Pero no imaginas hasta que sucede.



Son las cero horas de esa semana después. Acabo de cenar con mi madre. Hemos compartido un buen vino, y hemos dejado que la tristeza y los recuerdos felices se mezclen y rediman el dolor. He recorrido su viaje de bodas, mil trances de mis abuelos y mis tíos, nuestro presente pasado inmediato, los nietos y biznietos... La vida en suma.

Y ahora, justo antes de dormir, siento la imperiosa necesidad de volver a gritar a los cuatro vientos, la inconmensurable grandeza de mi padre. Por eso, decido compartir en abierto las palabras de recuerdo de su funeral. 

Las mismas que, como hijo, nunca quise pronunciar.
Las mismas que, como hijo, pronuncié con lágrimas y orgullo.

Va por ti Papá:


"En nombre de toda nuestra familia, os quiero agradecer estos días de acompañamiento, recuerdos y amor para despedir al hombre bueno que fue nuestro padre. 


No es fácil resumir 88 años de bondad, cuando una mezcla de tristeza y orgullo aprieta la garganta, pero hay que hacerlo. Porque queremos hacer saber al mundo que un hombre excepcionalmente justo y bueno se va, aunque, afortunadamente no nos abandona.


Su sonrisa, su optimismo, su sentido del deber, ya nunca nos abandonaran, porque su ejemplo ha sido tan grande que, ahora, expandidos por el Universo, será una expresión de bondad universal e infinita.


Papa era un hombre que pasó más de media vida endulzando la vida de los demás. ¿Acaso se puede pedir más? Y lo hacía frente a cualquier adversidad. Aunque su hermano enfermara, aunque la crisis arruinara el negocio y la pastelería se abocara a la ruina total; papá nunca abandonó el sentido del deber, ese levantar el telón cotidiano, cada día con una franca y abierta sonrisa dispuesto a buscar la felicidad en los siguientes cinco minutos de presente…


Papá era un hombre justo, que nunca olvidó lo importante que eran las condiciones de trabajo de los empleados, y el salario justo que les correspondía. Papá se preocupaba de las cosas pequeñas que son importantes, por saber si te trataban bien y te pagaban lo justo en el trabajo…


La pastelería que regentó era un lugar de esperanza, un punto de encuentro, una apuesta de futuro con nombre de playa africana, que se trajo de Marruecos, donde cada día se elaboraban tiernos y deliciosos manjares. De ello aprendimos la importancia del tiempo, de las ganas, de la mezcla adecuada de ingredientes para obtener el sencillo pan o el prodigioso pastel… Probablemente no pudimos tener mejor metáfora de la vida para aprender tanto de una forma tan sencilla.


Y ahí entraba su predicar con el ejemplo. Seguramente no había un plan pedagógico preconcebido. Pero estando a su lado, compartiendo con él las alegrías y las penas de aquel humilde negocio aprendimos todos sus valores: la constancia, la fuerza, la pulcritud, la exactitud, la generosidad, el equilibrio, y, sobre todas las cosas: el amor, la honradez y el sentido del deber.

Como ya escribí hace años, estábamos ante un hombre tan grande, que cada día se convertía en Titán sin proponérselo, porque era capaz de vivir, enseñar y sonreír pasara lo que pasara, y por duras que fueran las circunstancias.


Sois muchos los amigos y amigas que compartisteis el tiempo con papá, en la pastelería, en casa, en las fiestas, en cualquier circunstancia en que la vida bullía.


Pues bien, ese Rafael, no se ha ido, ni se irá nunca, porque sus enseñanzas llegaron a nuestros corazones para acompañarnos y facilitarnos la vida por siempre y para siempre.


Gracias a todas y todos por haber hechos posible este encuentro de alegría dentro de la Tragedia.


Gracias Papá, allá donde estés, por habernos dado todo. Incluso lo que no pedimos. Sabemos que tu esencia está con nosotros y tu fuerza nos llegará en forma de energía vital y optimismo cada día. Sabemos que no te has ido. Sabemos que nos seguirás cuidando.


Gracias Papá".

Rafael García Carillo,
nuestro padre,
se marchó el 25 de abril de 2019
pero no se marchó...

Comentarios

  1. Que palabras tan bonitas Rafa. Una despedida y un precioso homenaje. Y como bien dices, nunca morirán, pues en nosinoso siempre queda parte de ellos. Nunca morirán mientras hablemos de ellos .

    ResponderEliminar
  2. Preciosas palabras para un buen padre, un fuerte abrazo de nuestra parte, mi familia. Muchos besos Rafa.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Épica de la Huelga y los beneficios de Ferrovial... Marca España, sin duda.

Claro que sí. La huelga tiene algo de épico. Incluso mucho, según para quien. Y la épica engrandece el alma humana desde que la sabiduría clásica diera luz a la figura del Héroe. Por eso, cada huelguista lleva en su corazón un pequeño gran héroe. Por más que algunos patronos prepotentes, coactivos y chulescos no estén suficientemente evolucionadas como para verlo. Y, menos aún, comprenderlo.   No lo digo yo, lo dice nuestra Constitución. Esa del régimen del 78. la misma que violan sistemáticamente aquellos que se niegan a cambiarla, por la única razón de mantener sus privilegios oligárquicos.   La Huelga es un Derecho Fundamental. El libre mercado no lo es; con ser derecho constitucional, no goza de la protección fundamental que tiene la huelga por las distintas posiciones que ocupan ambos derechos dentro del Título I de nuestra Norma Suprema. Sin entrar en las razones jurídico-constitucionales -la Constitución está ahí para quien la quiera leer-, vale la pen

Un mono con un palo

  El cine nos ha regalado no sólo historias, sino escenas memorables que son un culmen de arte en si mismas, con abstracción de la historia completa en la que se insertan. Cualquier aficionado, no es necesario ser cinéfilo, recordará entre esas cumbres, el primer cuarto de hora de la obra maestra “2001, Una odisea del espacio”, del genio Stanley Kubrick. En si misma, podría ser un cortometraje, cuya estética, cuya acción y cuya simbología nos llevan a ese universo, áspero y, a la vez, poético, para explicar algo que es brutal, pero que tiene la proyección cautivadora de la normalidad.   Extraigo de esa escena [1] sólo la imagen proyectada, sin entretenerme demasiado -y de momento-, en su explicación simbólica profunda. Me quedo con el mono y el hueso (el mono y el palo). El mono con el arma. El mono con el arma, enfurecido. El mono con el arma enfurecido, golpeando con saña cualquier cosa que caiga a su alcance. ¿Qué es esto?, nos preguntábamos cuando veíamos esta genialidad cin

POR QUE VOTARÉ A UNIDOS PODEMOS

Porque puedo. Porque quiero. Porque me ilusiona. Porque me han respetado. Porque creo en el cambio de verdad. Porque me han hablado como ciudadano adulto, y no como menor mental. Pero sobre todo, por pura inteligencia, por puro sentido práctico, por puro sentido común. Voy a votar a quienes nunca han gobernado.  Y si lo hacen mal.  No les volveré a votar. ¿De verdad cuesta tanto entender esto?     Mañana se abre un día esperanzador para los españoles. Mañana, quienes queramos, tenemos la oportunidad de votar por un cambio real, que se lleve por delante la podredumbre de tantos gobiernos de extrema derecha disfrazada de moderación, y de falsos socialismos proclamados en la historia y malbaratados en los consejos de administración de algunas multinacionales.   No conozco a gente que siga yendo al bar donde le tratan mal; ni al peluquero que te deja hecho unos zorros; ni al supermercado donde te venden comida podrida.   Pero conozco a muchas personas que