Claro que
sí. La huelga tiene algo de épico. Incluso mucho, según para quien. Y la épica
engrandece el alma humana desde que la sabiduría clásica diera luz a la figura
del Héroe. Por eso, cada huelguista lleva en su corazón un pequeño
gran héroe. Por más que algunos patronos prepotentes, coactivos y
chulescos no estén suficientemente evolucionadas como para verlo. Y, menos aún,
comprenderlo.
No lo digo
yo, lo dice nuestra Constitución. Esa del régimen del 78. la misma que violan
sistemáticamente aquellos que se niegan a cambiarla, por la única razón de
mantener sus privilegios oligárquicos.
La Huelga es
un Derecho Fundamental. El libre mercado no lo es; con ser derecho
constitucional, no goza de la protección fundamental que tiene la huelga por
las distintas posiciones que ocupan ambos derechos dentro del Título I
de nuestra Norma Suprema.
Sin entrar
en las razones jurídico-constitucionales -la Constitución está ahí para quien
la quiera leer-, vale la pena dar una vuelta a las razones meramente humanas.
El libre
mercado es un derecho que propicia que alguien arriesgue su capital, y otros
medios -que tal tenía por herencia o donación-, y por ello tiene derecho a sus
beneficios.
El derecho
al trabajo, y a la huelga, son derechos universales, para todos los ciudadanos,
especialmente para aquellos que no tienen más que la fuerza de sus manos y sus
capacidades -técnicas y formativas-, para obtener un salario justo.
Este
distingo no debería ser muy difícil de entender; sin embargo, a la vista de
partidos políticos que siguen creyendo que hay salarios justos por debajo de
los 750 euros; o empresarios que consideran que congelar el salario de sus
empleados es legítimo, mientras su Consejo de Administración se reparte una
plusvalía millonaria; hace pensar que, tal vez, no sea tan fácil de entender.
O -lo que es
peor-, es fácil de entender, pero difícil de practicar. Sobre todo si la
actitud gubernamental es aliarse con el poderoso e ignorar a la parte débil. Y
las indecentes reglas del liberalismo económico que el PP y el PSOE han venido
practicando en España desde 1982, nos han traído hasta este punto en que la
indecencia se ha convertido en "normalidad":
- Como el
alarmante índice de pobreza infantil.
- Como el
indecente desmantelamiento del patrimonio público.
-
Como la dramática liquidación de la sanidad y la educación públicas.
- Como la
penalización del ejercicio de derechos de protección constitucional...
Esa es la
España de 2017. Donde que una empresa que obtiene beneficios millonarios se
niegue a negociar una subida de IPC; que desemboca en una huelga; en la que se
practica el esquirolaje (delito
del art. 315 del Código Penal); apenas tiene repercusión mediática de la prensa
masiva (habría que indagar en su composición accionarial); y tiene el silencio
cómplice de los partidos del arco parlamentario con la honrosísima excepción de
Unidos-Podemos.
Esta es la
España de 2017. Donde se sigue votando a partidos que piden imposibles, como 40
años cotizados en un mercado laboral donde la temporalidad (que incluye
contratos de horas), es la regla general.
Esta es la
España de 2017, en la que el pan y circo -lema del imperio romano y la
dictadura franquista-, se impone al pueblo. Por encima de la lógica de la
protesta y la movilización que es el arma las sociedades cultas y
evolucionadas. Un arma de progreso y civilización que aquí se ha machacado
hasta la indecente "ley mordaza"...
Desde la
Corporación "Coca Cola" que sigue sin cumplir una Sentencia del
Tribunal Supremo de readmisión de trabajadores por un falso ERE. Hasta los
dudosos ERTES de la multinacional Ferrovial, que con beneficios, con
participación corruptora, y sin alma ni respeto a las reglas del
juego, coacciona el derecho de huelga. Ese
es el asolado panorama de nuestro Estado de Derecho de papel mojado, de la
escasísima calidad de nuestra democracia.
Vaya por
delante mi más sentido homenaje y respeto a todos los trabajadores que a diario
se esfuerzan, que madrugan, trabajan y sufren para defender trabajos con los
que a veces es difícil mantener la dignidad.
Vaya por
delante mi más sentido respeto por todos los huelguistas de España: que pierden
salario, que se arriesgan a perder su trabajo, que son coaccionados y
amenazados, que aprietan los dientes y los puños porque sacar adelante a los
suyos, con el milagro que deben realizar cada día.
Vuestra
valentía humana. Vuestro dolor. Vuestra constancia ante la dureza y las
adversidades os hace verdaderos Héroes cuando recurrís a la Huelga como única
posibilidad, como última posibilidad de defender vuestro derecho y vuestra
dignidad.
Vaya también
por delante mi desprecio por aquellos empresarios cuya avaricia ilimitada los
convierte en delincuentes de la usura y el esquirolaje.
Vaya mi denuncia para todos aquellos empresarios, bien vestidos, "cuello
blanco", "gente de orden", creyentes, hasta devotos,...; capaces
de negar lo mínimo a sus empleados amparados por el cómplice reforma laboral
del PP, que se comporta como promotor, encubridor y cooperador necesario.
La buena
noticia es que somos muchos los que trabajamos para que esto cambie. Y que el
karma -que a todos nos llega-, aquí se expresa con el viejo refrán de "a
todo cerdo le llega su San Martín"...
Algún día
contaremos como las fortunas de gran parte del "Ibex35" se han
gestado sobre el expolio de lo que era patrimonio de todos los españoles.
Pero eso
será algún otro día.
Hoy sólo
quería agradecer a los Huelguistas de España, su esfuerzo solidario por los
derechos de todos. Gracias, vuestra acción Épica, os convierte en Heroínas y
Héroes de esta pobre España mancillada por una derecha burda y montaraz.
Y quiero
condenar a los esquiroles, y a los
despreciables empresarios que los contratan -abusando de su estado de
necesidad-. Que vuestra insolidaridad y vuestro delito os sea devuelto en la
misma proporción que dicen las sagradas escrituras -que algunos tanto decís
practicar...-, retornarán vuestros actos.
Un tiempo
nuevo está en ciernes. Hay que trabajar por acelerar su llegada.
¡Gracias
Huelguistas!¡Ánimo y fuerza!
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