Porque puedo.
Porque quiero.
Porque me ilusiona.
Porque me han respetado.
Porque creo en el cambio de verdad.
Porque creo en el cambio de verdad.
Porque me han hablado como ciudadano adulto, y no como menor mental.
Pero sobre todo, por pura inteligencia, por puro sentido práctico, por puro sentido común.
Voy a votar a quienes nunca han gobernado.
Y si lo hacen mal.
No les volveré a votar.
¿De verdad cuesta tanto entender esto?
Pero sobre todo, por pura inteligencia, por puro sentido práctico, por puro sentido común.
Voy a votar a quienes nunca han gobernado.
Y si lo hacen mal.
No les volveré a votar.
¿De verdad cuesta tanto entender esto?
Mañana se abre un día esperanzador para los españoles. Mañana, quienes queramos, tenemos la oportunidad de votar por un cambio real, que se lleve por delante la podredumbre de tantos gobiernos de extrema derecha disfrazada de moderación, y de falsos socialismos proclamados en la historia y malbaratados en los consejos de administración de algunas multinacionales.
No conozco a gente que siga yendo al bar donde le tratan mal; ni al peluquero que te deja hecho unos zorros; ni al supermercado donde te venden comida podrida.
Pero conozco a muchas personas que vuelven y vuelven a votar al PP que le bajó el sueldo, le quitó la sanidad universal, y le robó todo lo que pudo amparando el fraude fiscal y la corrupción.
Igual que conozco a quienes votarán al PSOE, que aún tiene la desfachatez de llamarse de izquierdas, que aun no ha pedido perdón por el terrorismo de Estado y que pactó con el PP una reforma fundamental de la Constitución para toparnos las condiciones de desarrollo social, con nocturnidad, urgencia y de espaldas al debate parlamentario.
No voy a discutir más con ellos. Reconozco que me entristece, y algo me enfada, pensar en cuantos compatriotas siguen gritando "vivan las caenas" como en tiempos del rey felón.
Y no me vale la excusa de que la corrupción es consustancial al ser humano, y los partidos son organizaciones hechas por personas. Si una sola vez, una sola, hubiera visto al PPSOE hacer algo realmente serio y coherente contra los corruptos de sus partidos podría creer ese argumento. La realidad es que no es así.
Sobran paniaguados en España.
Cinco años después del 15 M, sigue habiendo poco pan para tanto chorizo.
La unión de la izquierda ansiada se ha producido. Y somos millones los que lo hemos deseado y hemos trabajado por ello. En unos y otros partidos. En el activismo social. En la libertad de pensamiento y acción.
Tenemos la oportunidad histórica de arrancar el país de manos de los orcos que han gobernado contra las personas. Mintiendo. Robando. Haciendo mucho daño a los más débiles y ayudando a los más fuertes. Es imposible ser más ruin (incluso más ruíz, Mariano dixit)
Ni un minuto más voy a soportar que me traten como a un idiota, contándome batallitas de otros países, como hacía el dictador con Ceuta, Melilla o Gibraltar, cada vez que quería que los españoles mirasen para otro lado. Ni un minuto más de los que hablan de Venezuela sin haber estado allí, o haciendo un viaje a posta, en plena campaña, para clavarnos su chapa demagógica y populista después.
Conozco Venezuela en el corazón violento de la pobreza. Pasé un mes y medio en pleno barrio de ranchitos, el verano del 94. En Caracas, Casalta, Raúl Leoni, junto a Petare. Donde la vida apenas valía (como casi siempre), con Rafael Caldera gobernando con las garantías constitucionales suspendidas, y Carlos Andrés Pérez (el íntimo de Felipe González el socialista), estaba en la cárcel por corrupto...
Me he sentido tan insultado en mi inteligencia por los políticos y medios que les han dado pábulo, que sólo deseo que se estrellen en sus pronósticos electorales. Por la limpieza mental del país y el respeto que no han tenido a sus ciudadanos
Pero sobre todo, por pura inteligencia, por puro sentido práctico, por puro sentido común.
Voy a votar a quienes nunca han gobernado.
Y si lo hacen mal.
No les volveré a votar.
¿De verdad cuesta tanto entender esto?
Ni un minuto más voy a soportar que me traten como a un idiota, contándome batallitas de otros países, como hacía el dictador con Ceuta, Melilla o Gibraltar, cada vez que quería que los españoles mirasen para otro lado. Ni un minuto más de los que hablan de Venezuela sin haber estado allí, o haciendo un viaje a posta, en plena campaña, para clavarnos su chapa demagógica y populista después.
Conozco Venezuela en el corazón violento de la pobreza. Pasé un mes y medio en pleno barrio de ranchitos, el verano del 94. En Caracas, Casalta, Raúl Leoni, junto a Petare. Donde la vida apenas valía (como casi siempre), con Rafael Caldera gobernando con las garantías constitucionales suspendidas, y Carlos Andrés Pérez (el íntimo de Felipe González el socialista), estaba en la cárcel por corrupto...
Me he sentido tan insultado en mi inteligencia por los políticos y medios que les han dado pábulo, que sólo deseo que se estrellen en sus pronósticos electorales. Por la limpieza mental del país y el respeto que no han tenido a sus ciudadanos
Pero sobre todo, por pura inteligencia, por puro sentido práctico, por puro sentido común.
Voy a votar a quienes nunca han gobernado.
Y si lo hacen mal.
No les volveré a votar.
¿De verdad cuesta tanto entender esto?
Amen..
ResponderEliminarAmigo Garcia, yo también voy a votar a un partido que no ha gobernado nunca, y si lo hace mal no le volveré a votar. He de decir que yo nunca he estado en Venezuela. Mi compromiso es mi palabra. Un abrazo y suerte.
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