No quiero saber nada más del ruido. No quiero sentir odio, ni miedo, ni frío. Sólo quiero tener conciencia de la vida; del tiempo; de los besos; del cansancio que me recuerda la gratitud del trabajo realizado. De que esta luz, blanda y suave del invierno, que dibuja una línea naranja en el horizonte al atardecer, sea un rayo de esperanza para toda la Humanidad que sufre. * * * Es difícil sustraerse a la realidad. Una realidad que apunta fea. Una fealdad que viene arrastrada de años. Años en que fueron muriendo los consensos sociopolíticos de la paz que trajo la postguerra mundial, y se fueron sustituyendo por un implacable mercado sin corazón, en el que la vida también se puede comerciar. Leamos la Historia. Es más fácil de entender de lo que parece. Pero leamosla en una fuente de fiar. No en los historiadores del revisionismo, sino en los historiadores de los datos objetivos. Pensemos en un dato geográfico incontro...
García es un ciudadano muy perplejo ante la postmodernidad y la "garrulez". Es un tipo feliz (porque no cree en los conceptos enlatados de felicidad). Y está comprometido con todas las revoluciones del ser humano -interiores y exteriores-, para conseguir un mundo mejor... Se abrió este blog para evitar el diván del sicoanalista. De momento no le va mal.