Un análisis que supere la prisa de la actualidad, o la
hiperprisa de los 140 caracteres, acerca de los tuits de Zapata y todas las
consecuencias colaterales pone los pelos de punta.
Espanta.
Repugna.
Solivianta.
Hasta el borde de la náusea.
No aguanta la comparación con tantos otros delitos "reales"
que (por falta de pruebas, por falta de una reforma procesal en profundidad;
por unas leyes diseñadas para evitar siempre la condena de políticos; por tantos otros motivos…), acaban impunes, tardíamente condenados o, y esto sí que es de nota, ni siquiera encausados.
Cuesta creer el grado de zafiedad y la falta de escrúpulos que gran parte de políticos y prensa de la casta gastan con estos asuntos. Algunos ya están en la fase de huida hacía adelante, en breve comenzarán a practicar la estrategia de tierra quemada; porque saben que tienen su tiempo político tasado y piensan morir matando. Y, siendo todo repugnante en si mismo, me preocupa casi más el grado de inmadurez de la sociedad, que repite los "mantras" de los medios clásicos y sus voceros habituales, con una absoluta falta de sentido crítico que espanta.
El famoso chiste de Zapata del 600, los judíos y los ceniceros, ya rulaba por mi colegio cuando yo tenía 10 ó 12 años (ahora tengo 51). Como tantas otras incorrecciones políticas (existentes incluso antes de que se acuñara esa artificiosa expresión que mezcla el eufemismo con la hipocresía), y entonces nadie dijo nunca nada. Claro que entonces no gobernaba el PP, ni la ola de corrupción nos llegaba al cuello, sólo pasaba que acababa de morir un dictador sanguinario y el país luchaba por transformar su marasmo en libertad. Y da miedo pensar que entonces fuéramos libres de contar ese desafortunado chiste, y ahora tenga que dimitir un concejal in pectore (que seguramente no había nacido cuando el chiste maldito se inventó), mientras que un tal Hernando (inhumano del PP para más señas), se jacta y reitera en ofender a todas las víctimas del dictador sanguinario. Dictador sanguinario cuyos amigotes bárbaros, y él mismo, siguen campando por sus respetos en los callejeros de toda España por virtud del PP (en colaboración con algún político del PSOE)
Y ya, la locura de orgía de zafiedad ética comienza cuando una de las personas ofendidas perdona al supuesto ofensor, pero para los talibanes de la ética usoalasvíctimasdelterrorismoparamisinteresespartidistas, y si no me son útiles, las critico y las abomino como el hooligan que soy, se dedican a dar estopa a esa gran mujer que es Irene Villa, incluso instrumentalizando su rol de víctima.
http://www.huffingtonpost.es/2015/07/03/irene-villa-zapata_n_7723018.html#
http://www.huffingtonpost.es/2015/07/03/irene-villa-zapata_n_7723018.html#
De locos.
Mientras tanto, el ministro de la ley mordaza, las devoluciones en caliente y sus entrevistas haciendo apología de su catolicismo militante y enfervorecido (enhorabuena señor ministro, pero le recuerdo que lo es de un Estado laico), no está (y no sé si se le espera), para perseguir con la misma furia legal a estos tuiteros como hizo con Zapata, Soto o Maestre...
Por cierto señor ministro, aunque nunca me habría metido en darle consejos sobre su fe, creo que estoy legitimado desde que usted declarara a un periódico su militancia religiosa y hasta su pauliana caída del caballo en Las Vegas...
http://www.farodevigo.es/espana/2013/03/07/diaz-ministro-encontro-dios-ciudad-pecado/769851.html
Recuerde señor ministro aquello de amar a los enemigos y al prójimo como a ti mismo; recuérdelo en la próxima devolución en caliente; o la próxima vez que defienda al tal Hernando; o la próxima vez que mande a los antidisturbios a romper huesos de gente que pide justicia, vivienda o libertad...
http://www.farodevigo.es/espana/2013/03/07/diaz-ministro-encontro-dios-ciudad-pecado/769851.html
Recuerde señor ministro aquello de amar a los enemigos y al prójimo como a ti mismo; recuérdelo en la próxima devolución en caliente; o la próxima vez que defienda al tal Hernando; o la próxima vez que mande a los antidisturbios a romper huesos de gente que pide justicia, vivienda o libertad...
Y si no es capaz de actuar en coherencia con su credo, al menos confiésese y pida perdón.
Comentarios
Publicar un comentario